Bú.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Los llamadores de ángeles producen un sonido armonioso y agradable, qué, según la tradición, atrae y avisa a nuestro Ángel Guia de que necesitamos su presencia. A los ángeles les encanta ese sonido, probablemente por la transmisión de las vibraciónes metálicas y gráciles; si, además, es utilizado por un humano, los ángels reciben un mensage extra que les informa de que están siendo llamados por un ser al que aman. 

Existen varias historias sobre los llamadores. Quizá la más hermosa sea la leyenda celta quen o cuenta que, hace miles de años, los humanos vivían en contacto junto a sus Ángels Guia o Ángeles de la guarda. Y que, por alguna razón, seguramente vinculada al pecado original, tuvieron que dejar de vivir conjuntamente con ellos. Los ángeles, apenados por la pérdida de la compañís de los humanos -los seres que más amaban-, obsequiaron a estos con collares esféricos de plata puta que, al agitarlos, sonaban como campanillas. Estas esferas eran un símbolo de protección.


Los ángels solo pusieran una única concidión; el colgante sería de uso ecesibo y personal, pues todos tenían un sonido propio y reconocible por cada Ángel Guía -Ángel de la Guarda-, y este ángel no puede ser "prestado" a otra persona. Si se contrabenía esta condición , la magia y protección de la esfera desaparecía.

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