Bú.

lunes, 15 de agosto de 2011

Piphan se había preparado para lanzár el dardo. Había apuntado al corazón de Narcisse, el Abrepuerta.
  La oscuridad estaba repleta de Cagulards.
  Piphan tiró. Y sonrrió.
  La oscurudad asistía al desasosiego de los Prófugos.
  La oscuridad se impacientaba.
  Un misterioso Cazador no dio orden.
  Piphane obserbó a Nick, el drogadicto.
  El asco hizo que diera la orden.
- Ahora.
Los Prófugos cayeron como espinas. No tenian esperanza. 


- El sabor de la sangre devería ser mejor.
Atacó.
- Tu alma es sucia, perro.
Lo asiló del cuello y lo lebantó del suelo.
- Tu alma es negra, perro.
Puso los ojos a la altura de Narcisse y escupió.
- No merecesa más que morir.

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