Oye, estoy pensando algo muy feo. Ese tío tenía que estar apuntándome directamente a mi propio ojo, para que mi bala pasase limpiamente a través de su visor y le diese de esta forma en el suyo. La única diferencia entre su situación y la mía, es que yo apreté el gatillo antes.

- Nueve.

Prófugos. Un centenar. Tal vez alguno más. Dificiles de encontrar. Formas distintas. Aveces simples burbujas. Humanos con muchas cabezas. Perros con seis patas.
Hablaban en voz baja. Era un espectaculo melancólico, que encojia el corazón.