Bú.

jueves, 22 de marzo de 2012

"No por mucho madrugar, amanece más temprano".

Eran las 7 de la mañana y el Sol empezaba a desapuntar hacia el horizonte. 
El cielo presentaba ese aspecto brumoso, a caballo entre el día y la noche, pues no estaba lo bastante oscuro para ser de noche, pero no había suficiente luz para decir que había amanezido. 



Tampoco el tiempo había decidido aún como sería aquella mañana. Iba a hacer frío, de eso no cabía duda, pero las nubes de un gris oscuro todavía no habían determinando cuando descolgarían su enorme volumen de lluvia. Sin embargo, el viento si había decidido que iba a hacer aquella fría mañana de invierno: iba a soplar con todas sus fuerzas.

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