Mucho tiempo atrás el Goblin descubrió
que si abría grande la boca
podía tragarse el Sol.
Con el azul llegó robándoselo a la Luna,
lo guardó en un reloj y de él hizo su cuna.
Con el reloj continuó robandole el brillo al Sol
y así la Luna creciente triste y sola lloró.
La Luna creciente volvió muerta de pena,
y durmiendo en un jarrón encontró la Luna llena.
A las 7 en punto se escondió en una caja,
y la cerró con 7 llaves para que tuviera ventaja.
Será fácil atraparlo cuando se encuentre acorralado,
y así dejara al mundo de su hechizo liberado.
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